No sé cuando los españoles perdimos la constumbre de recuperar la materia orgánica de las comidas. Supongo que fue cuando mi abuela dejó de vivir en Corbalán. Su padre era guarda forestal. Vivían en medio del monte, delante de una balsa natural de agua. Tenían gallinas, conejos, cultivaban ortalizas. Eran unos 5 hermanos, y uno de ellos, se había intentado quitar un diente atando un tronco a una cuerda, subiendo la montaña de tierra, mordiendo esa cuerda, y lanzándola con los dientes apretados.
Esa es otra historia. El caso es que estoy seguro que allí hacían lo que hoy llamamos compost o al menos esa comida la procesarían los animales. El pan iría a para las gallinas, las mondas de patatas a la tierra, el agua restante a las plantas,
El caso es que cuando acabó viviendo en un piso de protección oficial en Valencia muchas de esas costumbres desaparecieron. Pero ella siguió siendo una ahorradora nata, una preservadora de rescursos. Y sacaba su cabezonería capricornia para que te comieras siempre todo. Mi padre siempre dijo que de 4 pesetas sacaba un duro.
Todo esto son ideas en torno a la Poubelle de table. Laura ha instaurado esta pequeña basura en nuestra cocina, porque Memé, su abuela, vivió en Francia y tomó alguna de las sanas costumbres fracesas. Se trata de un plato o fuente que se ponía en la mesa durante la comida, o en la cocina para recuperar materia orgánica después de comer. Nosotros ahora lo hacemos, y esa basurita se llena 3 o 4 veces al día de nisperos, yogurt, pan duro, mahonesa. Y eso lo tiramos 3 o 4 veces al dia al bidón de compost. Así producimos menos basura, y además cuando sacamos lo orgánico que sí que va a la basura, huele menos, y pesa menos. Estamos reduciendo, creando abono para las plantas, y de paso pensando en nuestras abuelas. Yo que creía que no me quedaba nada de mi abuela, y es que me dejó un espíritu por la recuperación de alimentos y aparatos, unas nociones de meditacioón (ella después de comer cerraba los ojos con los pies en alto y respiraba tranquilamente sin llegar a dormirse del todo).
Os dejo un link a una página francesa con diferentes modelos, pero con un simple recipiente un poco hondo sirve.
http://www.twenga.fr/dir-Maison,Vaisselle-quotidienne,Poubelle-de-table
Esa es otra historia. El caso es que estoy seguro que allí hacían lo que hoy llamamos compost o al menos esa comida la procesarían los animales. El pan iría a para las gallinas, las mondas de patatas a la tierra, el agua restante a las plantas,
El caso es que cuando acabó viviendo en un piso de protección oficial en Valencia muchas de esas costumbres desaparecieron. Pero ella siguió siendo una ahorradora nata, una preservadora de rescursos. Y sacaba su cabezonería capricornia para que te comieras siempre todo. Mi padre siempre dijo que de 4 pesetas sacaba un duro.
Todo esto son ideas en torno a la Poubelle de table. Laura ha instaurado esta pequeña basura en nuestra cocina, porque Memé, su abuela, vivió en Francia y tomó alguna de las sanas costumbres fracesas. Se trata de un plato o fuente que se ponía en la mesa durante la comida, o en la cocina para recuperar materia orgánica después de comer. Nosotros ahora lo hacemos, y esa basurita se llena 3 o 4 veces al día de nisperos, yogurt, pan duro, mahonesa. Y eso lo tiramos 3 o 4 veces al dia al bidón de compost. Así producimos menos basura, y además cuando sacamos lo orgánico que sí que va a la basura, huele menos, y pesa menos. Estamos reduciendo, creando abono para las plantas, y de paso pensando en nuestras abuelas. Yo que creía que no me quedaba nada de mi abuela, y es que me dejó un espíritu por la recuperación de alimentos y aparatos, unas nociones de meditacioón (ella después de comer cerraba los ojos con los pies en alto y respiraba tranquilamente sin llegar a dormirse del todo).
Os dejo un link a una página francesa con diferentes modelos, pero con un simple recipiente un poco hondo sirve.
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Green Kim
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